1.-
Introducción:
Foucault
nació en 1926, se acercó al partido comunista y participó en los
movimientos de mayo de 1.968. Su vida académica e intelectual estuvo
asociada a un permanente compromiso frente a las exclusiones,
discriminaciones de la sociedad actual (presos, enfermos mentales,
homosexuales, emigrantes) que le llevó a desplegar una relevante
actividad en foros públicos, en los medios de comunicación y en las
aulas universitarias. En su vasta obra de más de treinta libros,
entrevistas, seminarios y discursos, sostuvo que los saberes se
constituían en una especie de superposición horizontal de diversos
niveles heterogéneos y que el discurso sería precisamente el
encargado de fusionarlos, por lo que nacen en instancias igualmente
dispersas.
Dada
su postura crítica sobre el sistema saber-poder imperante, hemos
venido sosteniendo en nuestro objeto de estudio, (control social),
que puede ser visto de diferentes miradas, lo cual no agota su
estudio, sino más bien ayuda a profundizarlo aunado a otros
documentos y materiales, que nos permiten darle profundidad a la
investigación que hemos considerado de características compleja,
dada la multidimensionalidad de disciplinas que la transversalizan ,
lo cual permite mirar al problema de manera holístico.
Igualmente
Foucault, elaboró un conjunto de planteamientos que lo llevó a ser
reconocido por algunos investigadores como de una posición
post-estructuralista, ya que fue más allá del análisis de las
relaciones existentes y los sistemas organizacionales, y optó por
estudiar en profundidad el poder, su multiplicidad de relaciones de
fuerzas inmanentes y propias del dominio en que se ejercen. Es decir,
su evolución histórica, la instauración de un poder casi que
omnímodo y todo poderoso que se configuró a partir del siglo XVIII
y sucesivamente. Por ese motivo fue más que un teórico y crítico
del sistema, un ser humano de alta sensibilidad y solidario con los
problemas de su época.
2.-
Aportes Teóricos de Foucault, en base a nuestro
estudio:
Michel
Foucault plantea que la genealogía es lo que permitirá en
definitiva, hacer de la historia un uso estrictamente antiplatónico
y antiheliano, debido a que es imposible hacer historia actualmente
sin utilizar una serie interminable de conceptos ligados directa o
indirectamente al pensamiento de Marx y sin situarse en un horizonte
que ha sido descrito y definido por Marx. Nos estamos refiriendo a
los movimientos sociales que se originaron a partir del año 1.917
cuando triunfa en Rusia la revolución de Octubre y que tuvo un
importante efecto de influencia en los países de Europa oriental y
más allá.
Es
decir, Foucault efectuó una crítica al sistema de poder donde se
desenvolvió y tubo una gran influencia ideológica en ese periodo
que se comenzó a llamar la era Socialista y que culminó con la
llegada de Mijail Gorbachov cuando planteó la perestroika, siendo
esto una reforma y reconfiguración de las antiguas naciones que
conformaron la URSS. En este sentido Foucault planteaba en la
microfísica del poder, que diferencia podría haber entre un
historiador y ser marxista?
En
nuestra opinión creemos que Foucault quizás no planteó, en
profundidad, habían poderes imperiales que ya venían
reconfigurando la situación mundial y de alguna manera dividiendo el
mundo en dos: capitalista vs socialista. Pero que constituía una
necesidad (conveniencia) de las grandes potencias para poder operar
con sus mercados y mantener las regiones bajo un control
ideo-político-económico.
Desde
otra perspectiva y siguiendo la linea de pensamiento socialista,
Foucault dice que la población se convierte en un bien económico
esencial debido al desarrollo industrial capitalista (p.23). Sin
embargo todo este influjo comercial que venia arropando al mundo
desde siglos atrás, y lo que hubo fue un reordenamiento de nuevos
mercados y nuevas potencias que fueron asumiendo su liderazgo a nivel
internacional, como hasta hoy viene ocurriendo.
Ahora
eso no significa que se desconozca esa influencia de orden
mercantilista, luego liberal y que posteriormente Marx denominó
capitalista, la cual ha ejercido una importante influencia en el
mundo occidental, y que él mismo lo denominó como una forma de
explotación que buscaba cada día más y más riqueza y bienestar a
favor de unos pocos en detrimento de la gran mayoría, lo que ha
colocado a ese sistema en una situación decadente e inviable cada
día. Y aquí se cumple esa famosa frase “mi miseria es la causa de
tu riqueza”.
Él
reconoce así mismo, que ha sido el crecimiento de esa economía
capitalista lo que ha influido en esa modalidad específica del poder
disciplinario (Vigilar y Castigar, p. 224). De allí la importancia
de sus estudios que revelan como ha venido reconfigurándose el poder
desde siglos atrás.
En este sentido Foucault sostuvo que los saberes se constituyen en
una especie de superposición horizontal de diversos niveles
heterogéneos- que el discurso sería precisamente el encargado de
fusionar – y que nacen en instancias igualmente dispersas”
(p.26). Se trata de una forma de combinar emociones, euforias y
racionalmente bajar u orientar con líneas de tipo disciplinario a
los seguidores y adversarios.
El
afirma que la verdad misma tiene una historia, a lo largo de la cual
el enunciado “átomo” del discurso opera como una “función”
que pone en juego unidades diversas y las vincula con un campo de
objetos (p.30). En nuestro caso de estudio en particular, si queremos
asociar el concepto control social al poder, entonces nos preguntamos
¿Cual poder y cual control social? ¿El que ejerce el estado a
traves de las normas para coaccionar, a través de élites o de
grupos relativamente privilegiados? o por el contrario un poder o
influencia que ejerza la sociedad y sea capaz de regular y
autoregularse, teniendo un grado de conciencia que les permita
decidir de manera autónoma, sin representantes o voceros que muchas
veces terminan aliados y reproduciendo el discurso de los que
ostentan el poder.
Desde
esta perspectiva se puede asociar un conjunto de unidades tan
diversas, pero teniendo presente el objeto o campos de estudios desde
posturas incluso antagónicas, pero donde se reconfigure otro
discurso que haga posible otra nueva relación societal
estado-sociedad, es decir ir desmontando el estado todopoderoso, que
todo lo sabe y todo lo puede y que al final lo que crea es todo un
aparato jurídico-político-administrativo para controlar a la
población, donde el pueblo asiste cada cinco o seis años a
reproducir las mismas relaciones de poder históricamente
establecidas.
Por
lo cual Foucault haciendo un análisis de esa situación dice que a
merced de esa omnipresencia del poder, la indagación no debe
dirigirse hacia el porqué sino hacia el cómo del poder: Cómo
opera, que mecanismos produce, de qué modo actúa concretamente,
cómo se ejerce. (p.37)
Eso significa que a medida que se abra el debate sobre “el poder”,
del análisis que se haga en sus diversas manifestaciones, se podrá
entender su modus operandi en todas sus formas y dimensiones, tanto
macro como micro, por áreas y solo así se podrá plantear una nueva
refundación conceptual y formas de relaciones que tiendan a ser mas
horizontales, humanas, a fin de ir extinguiendo términos como:
dominación, manipulación o abuso de poder; y establecer gobiernos
más democráticos y auto gobiernos de amplia participación en todos
los niveles de la administración del sistema societal que sea
acordado y aprobado por todos o la gran mayoría de la sociedad.
Priorizando relaciones de respeto mutuo entre los seres humanos,
hacia la naturaleza, el medio ambiente y cada una de las diversas
manifestaciones culturales y sociales presentes en nuestra sociedad.
Esto significa darle contenido, programa y un contrapeso a la
interculturalidad, donde cada una de esas manifestaciones humanas
sientan que son tomadas en cuenta y no una multiculturalidad, que
pretende encerrar a todos dentro de una globalidad que invisibiliza
al ser humano como tal.
Así como se debe estudiar sin prejuicios o influencia ideológica
el origen del capitalismo, el socialismo, el comunismo, o cualquier
otra forma que trascienda estas teorías, así mismo hay que poner
cuidado al daño causado a la humanidad y al medio ambiente, desde
esas diferentes visiones o posturas, sobre todo, al pretender
instaurar (implantar) por la fuerza, más que por la razón regímenes
que terminan oprimiendo al hombre y negándole su sentido de libertad
de pensamiento y libre albedrío.
El libre albedrío aquí no significa que cada quien haga lo que
mejor le parezca, pero sí hay que revisar otras formas de sociedad,
donde se respete el derecho a disentir del otro, se reconozca y se
respete la opinión de cada quien, sin ningún tipo de “calificativos
o adjetivos” que muchas veces hacen daño, generando entre otras
cosas odios, resentimientos rencores y demás situaciones que
terminan por enfermar al ser humano y la propia sociedad.
Siguiendo en este mismo orden de ideas en Vigilar y Castigar,
Foucault se propuso no solo estudiar los mecanismos punitivos y sus
efectos represivos, sino que también se pudieran reincorporar a toda
una serie de efectos positivos que puede inducir, si se aplica a la
inversa, esto es, la sociedad ejerciendo un efectivo y real control
social sobre al aparato estatal.
Es decir, esa misma sociedad, organizada de manera colectiva y
haciendo uso de sus mecanismos de control, con respeto y teniendo la
oportunidad para que se apliquen los mecanismos correctivos para la
regeneración o transformación del hombre o la mujer que comienza en
el interior de cada ser humano.
Ahora bien siguiendo la linea Foucault, El binomio poder-saber es el
que produce discurso, el que tiene capacidad enunciativa. El poder,
que dirige el acontecer a través de la producción dominante del
discurso, penetra por las capilaridades que configuran su red de
control social, en el plano de los medios.
Esto no es solo en los medios, se puede percibir como el poder trata
de controlar a una parte de la población a través de programas y
políticas sociales que prácticamente vuelven al ser humano en una
especie de nuevo frankestein o mongolismo generalizado como refiere
Lanz, al pretender darle lineas y adoctrinamiento para que haga
únicamente lo que al poder le conviene.
En este sentido Foucault plantea que hay que liberarse de la
representación jurídico-discursiva del poder, fincada en el
enunciado de la ley y en el funcionamiento exclusivo de lo prohibido
(p.44) A lo cual se le pudiera agregar, atendiendo a un cierto orden
de interés que solo beneficia a ese mismo poder.
En relación a la penalización afirma que es la penalidad
correctiva, ortopédica, cuyo punto de aplicación no será el “alma”
sino el cuerpo. Del mismo modo el éxito de la prisión se mide
además por el hecho de que prontamente su modelo colonizó otros
centros neurálgicos de la sociedad (p. 45)
Si observamos algunas formas de como han sido concebidos ciertos
modelos de construcción de edificios, centros de policía, o de
gobiernos, veremos que están alrededor de plazas, iglesias y
cabildos municipales o prefecturas. Es lo que se denomina el centro
del poder de una determinada localidad o ciudad.
Más adelante Foucault afirma que por eso no hay que dirigir el
análisis hacia el edificio jurídico ni hacia los aparatos del
estado y las ideologías que conllevan, sino más bien hay que
centrar la atención hacia los operadores materiales de la dominación
y las formas locales de sometimiento y finaliza diciendo “donde hay
poder hay resistencia” (p.47)
Por estas razones Foucault revela una ductilidad y un desprejuicio
teórico considerable, que ha solido desorientar a quienes
continuaban ubicándolo dentro del estructuralismo.
3.- Conclusiones:
Foucault sostuvo que en la ciencia encontramos modelos de verdad
cuya formación es el producto de las estructuras políticas que no
se imponen desde el exterior al sujeto de conocimiento sino que son,
ellas mismas, constitutivas de este. Esto lo podemos ver en nuestra
sociedad actual y quizás futura o en la medida que se vaya
conformando otra nueva raza de científicos, investigadores y
políticos que propongan otros paradigmas emergentes, otras teorías
sociales, una acción gerencial más humana y que sea asumido por la
sociedad.
Las grandes dominaciones son los efectos hegemónicos sostenidos
continuamente por la intensidad de todos esos enfrentamientos. Es
decir entre el saber-poder y al sujeto a quien se trata de imponer.
Las relaciones de poder-saber no son formas establecidas de
repartición sino matrices de transformaciones. Tampoco se pueden
considerar uniforme, sino multiforme y heterogénea.
Los discursos, al igual que los silencios, no están de una vez por
todas sometidos al poder o levantados contra él. Hay que admitir un
juego complejo e inestable donde el discurso puede, a la vez, ser
instrumento y efecto de poder, pero también obstáculo, tope o punto
de resistencia y de partida para una estrategia opuesta.
Se trata pues, de privilegiar la soberanía por el análisis de un
campo múltiple y móvil de relaciones de fuerzas donde se producen
efectos globales, pero nunca totalmente estables, de dominación.
Solo hay conocimiento en la medida que se establece entre el hombre y
aquello que conoce “algo” como una batalla y porque el
conocimiento es el efecto de esa batalla.
Es
así como reconocemos
en la
obra de Foucault, sus aportes que mantienen una
vigencia y
referente teórico para
nuestra investigación, ya que trata de ir más allá de lo que se
conoce hasta hoy como
control social.
Estudia
como se erige ese saber-poder de manera de controlar
disciplinariamente a la sociedad en sus diferentes formas. Respetamos
pero no compartimos esa mirada de tipo disciplinaria y positivista en
su aplicación. Y esta
demostrado en la práctica,
ser reproductora de un conjunto de desviaciones y deformaciones que
terminan colocando al ser humano en una situación de minusvalía
e inestabilidad.
Lo
disciplinario termina siendo una camisa de fuerza para la sociedad y
una forma de reprimirla. Esto contradice los principios universales
de libertad, igualdad y de justicia que debería imperar en las
relaciones humanas y societales.
Se
tiene que poner a pensar a la sociedad en general para luego crear la
consciencia. Para lograr una
verdadera y autentica transformación, la única salida es colectiva,
es inevitable. No basta tener la razón, hay que tener la fuerza.
El
trabajo, el amor y el conocimiento son las fuentes de la vida. Pero
hay una plaga emocional muy mala. Se llama “la
estupidez” y ataca a cualquiera.
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
Michel
Foucault. (1.983). El discurso
del poder. Folios Ediciones. Tucuman, Buenos Aires.
Argentina.
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