Esta ha sido la expresión de muchas personas y líderes a lo largo de la historia de la humanidad, ¡Tengo un sueño! Pero una de las cosas más hermosas que podemos hacer los seres humanos tal como lo dice el himno “Sembrare, la simiente preciosa del glorioso evangelio de amor, sembraré, sembraré mientras viva, dejaré el resultado al señor” Si así es, ¡tengo un sueño y es que espero ver en los próximos días, meses y años un gran movimiento de oración, evangelización y discipulado en toda la nación, para iniciar así el gran proceso de transformación de nuestro país, ¡tengo un sueño, y es que espero ver desde la Presidencia de la República, Gobernaciones y Alcaldías, hombres y mujeres temerosos a Dios, que le darán el verdadero rumbo que esta nación necesita, bajo el Diseño de Dios. ¡Tengo un sueño! Y es que pronto ¡muy pronto! Ya no veremos vikingos, niños de la calle, prostitución y drogas, porque esas personas serán convertidas y darán testimonio de lo que Dios ha hecho en sus vidas. ¡Tengo un sueño! Y es que se irá conformando un amplio frente de todas las corrientes ideológicas y religiosas que le dirán al país ¡Ya basta de tanto engaño, manipulación y de mentiras! Vamos a trazar un nuevo pacto que nos incluya a todos sin sectarismos, sin discriminación de ningún tipo y sobre todo nos reconozcamos como hijos de Dios, ¡Ese será mi gran sueño, el sueño que haremos todos posible con una auténtica reconciliación nacional. Donde cada quien podrá expresar sus ideas o pensamientos sin necesidad, ni temor a ser reprimido, excluido, perseguido o perseguida, de que sea tildado de pitiyanqui, de contrarrevolucionario o “escuálido”. Ese día llegará, y lo único que debemos hacer todos los venezolanos y venezolanas, extranjeros y extranjeras que comparten con nosotros en este maravilloso país, sin distingos de raza, credo, posición económica o social es “Humillarnos a Dios, pedirle perdón por nuestros delitos y pecados y tener una verdadera conversión en el corazón y en el espíritu” Lo demás será un proceso que se irá dando poco a poco. Y tengo un sueño que daremos vida a muchos huesos secos. (Ezequiel 37:1-10) y tal como dice su palabra “Será un ejército numeroso” y en este poema de mi hermano y pastor Francisco Aular, se refleja mi verdadero sueño: ¡Cristo mi pasión y triunfo! voy por la vida cantando, En lugares celestiales con mi amado estoy sentado. Mi posición es perfecta. No porque esté sin pecado; pero me esfuerzo en la gracia del Cristo resucitado. ¡Que hermosa es esta vida vivir rodeado de hermanos! Victoriosos, sin fronteras, estrechándose las manos, será un hogar nuestra iglesia si todos vamos Amando; Olvidando diferencias como Cristo perdonando. Lleno de Amor nuestro pueblo al maligno derrotando. Destruyendo fortalezas y a pecadores salvando. Estoy sentado con Cristo, lo imposible voy logrando: ¡Cristo mi pasión y triunfo, voy por la vida cantando! Y para finalizar ¡Tengo un gran sueño!, que ganaremos muchas almas para Cristo! Y nuestra nación será bendecida y prosperada en gran manera. Oración: Señor ¡gracias por tu gran amor hacia la humanidad! Ayúdame, renuévame y transfórmame, para que yo pueda ser luz y testigo fiel de tu amor. Bendice a la persona que está leyendo este artículo y transforma su vida para que forme parte del verdadero ejército Libertador que ayudará a restaurar nuestra amada patria. Amén y amén.
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