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jueves, 27 de abril de 2017

Del terrorismo de la IV al terrorismo de la V República. Ebert Cardoza

Del terrorismo de la IV al terrorismo de la V República
Por: Ebert Cardoza Sáez*

Cuando en diciembre de 1998 Chávez ganó las elecciones, la mayoría de los venezolanos venían de una conflictividad social contra las cúpulas corruptas adeco-copeyanas, lo cual costó muertes, desapariciones, asesinatos selectivos, represión, allanamiento a universidades, masacres como Yumare, El Amparo, Cantaura y el “caracazo”, encarcelamientos y hasta fusilamientos por parte de brigadas de “cazadores” a estudiantes universitarios, como el caso del estudiante Domingo Salazar en la Facultad de Medicina de la Universidad de Los Andes.

Es bueno recordar que también eran calificados de “terroristas”. La ola de protestas en aquel entonces estaba encabezada por una izquierda insurgente que venía de la lucha armada y la protesta estudiantil, inmersa en una conspiración cívico-militar en la cual los militares terminaron infiltrando cada célula rebelde y absorbiendo los principales cuadros políticos, secuestrando todo un ideario que luego se transformó en el llamado “socialismo del siglo XXI”.

En 1989, la olla de presión popular en Venezuela necesitaba de un catalizador y en el imaginario colectivo gravitaba la figura del “gendarme necesario”. Para ello, fue oportuna la asonada del 4 de febrero de 1992, cuando un grupo de militares, quebrantando el principio de subordinación al poder civil y el criterio de “profesionalismo militar”, catapultó con un “por ahora” a un teniente coronel desconocido en la sociedad civil, pero apuntalado en la sociedad militar como el próximo “héroe” para culminar, por un lado, con la pacificación de la izquierda y, por otro, con la continuación de la reforma del Estado -iniciada con la COPRE- y la consolidación del paquete neoliberal aplicado por CAP II.

De allí en adelante, tanto la derecha como la izquierda se dividieron, pero también, una buena parte de ellas, se plegó a un liderazgo militar que terminó controlando y corrompiendo a una izquierda insurgente, así como a una derecha conspiradora. Al llegar al poder político, Chávez convocó a una Asamblea Constituyente –derivada- donde se congregó tanto a la izquierda como a la derecha para terminar aprobando en referéndum una constitución de corte neo-liberal –hoy defendida por ambos sectores como un “modelo” constitucional- donde, entre otras cosas, se lograba dar rango constitucional a uno de los objetivos centrales del capital industrial y financiero: La privatización de los recursos energéticos a través de las empresas mixtas.

Los demás deberes y derechos formaban parte de una andamiaje que reeditaba los rasgos esenciales de un Estado Liberal, pero con todos los elementos necesarios para profundizar a un capitalismo de Estado, bajo farsa ideológica del “socialismo del siglo XXI”. La contraofensiva de la clase política “desplazada” (léase adecos y copeyanos no-chavistas, porque hubo otros blancos y verdes se vistieron de rojo) del aparato burocrático estatal se tradujo en marchas, protestas, paros y sabotajes que sólo sirvieron para atornillar a quienes detentaban el poder, como ocurrió con el paro petrolero que le permitió al gobierno tomar control de PDVSA o el paro patronal que llevó a la quiebra a empresas privadas y a la expropiación (indemnización) de aquellas empresas en proceso de quiebra inminente.

Sin embargo, más allá de las consecuencias políticas, jurídicas, sociales y económicas del gobierno de Chávez, hubo un resultado mucho más nefasto que todos los anteriores: la partidización del componente militar. Con ello, el rasgo político de la fuerza armada nacional como parte fundamental del ESTADO quedaba reducido a un partido militar al servicio, por supuesto, de un sector político de la sociedad, mas no de la nación.

Con ello, se contrariaba el principio constitucional relativo al profesionalismo castrense y se creaban las condiciones, paradójicamente, para una desmilitarización del elemento militar. Luego con la creación de las milicias y la formación de cuerpos paramilitares al servicio del gobierno el “monopolio de la violencia” por parte del Estado ha ido cediendo ante la creciente ola de violencia social.

Por otra parte, la aprobación de la Ley contra la delincuencia organizada y el terrorismo –versión criolla del Act Patriot USA1- llevada a cabo con el beneplácito de la oposición y el oficialismo, cuando todavía la Asamblea Nacional era “roja rojita” ha dado al gobierno de turno, así como a quienes están por sentarse en Miraflores, un garrote para criminalizar y aplastar cualquier intento de subvertir el “orden”, como cualesquier acto de protesta social.

Es decir, ante un eventual gobierno de “derecha”, dicha Ley contiene los elementos fundamentales no solo para reprimir al “terrorismo” interno (léase protesta social), sino también para justificar cualquier intervención militar extranjera, bajo el principio de la “extraterritorialidad”, lo cual dado lugar a las llamadas “guerras preventivas” en Medio Oriente y “guerras de cuarta generación” en América Latina.

El escenario en el cual se encuentra atrapada la conflictividad social en Venezuela, donde prevalece el no-reconocimiento de las partes y un diálogo de sordos, la intolerancia y la mutua criminalización de los sectores en pugna, ha llevado a acorralar al “bravo pueblo” en medio de unos mercenarios de “derecha” y de “izquierda”, expuesto a ser víctima de aquellos que han venido rompiendo el hilo constitucional sistemáticamente.

Es decir, de aquellos que calificarán de “terroristas” a quienes protesten contra el continuado paquete neoliberal, a quienes se rebelen contra la entrega de los recursos energéticos, a quienes se levanten contra el hambre y la corrupción, a quienes se subleven contra cualquier injerencia extranjera –yanqui, rusa, china o cubana-, a quienes denuncien la violación de los derechos humanos, a quienes se nieguen a pagar la deuda externa, en fin, a quienes “atenten contra cualquier estructura política, económica y social, a nivel nacional o internacional”.

Pero es bueno saber que el verdadero terrorismo ha sido el terrorismo de Estado, causa real y originaria, de la violencia política y social. Terrorismo de Estado como el practicado por los Estados unidos desde Hiroshima y Nagasaky hasta los últimos bombardeos a Siria, como terrorismo de Estado puesto en marcha por el Estado colombiano desde el asesinato de Gaitán hasta las postreras masacres campesinas por parte de las Autodefensas uribistas, como el terrorismo de Estado ejecutado por la URSS cuando invadió a Checoslovaquia o Afganistán, terrorismo de Estado fue la represión del Ejército Rojo en la plaza de Tiananmém, así como terrorismo de Estado es y será todo uso del Ejército, Guardia Nacional, policía u otra forma de violencia estatal y paramilitar contra la población civil.

Por ello, no hay Estado de “izquierda” ni gobierno de “derecha”.

TODO ESTADO es reaccionario, represivo e instrumento de dominación.

*Historiador. Profesor de la Escuela de Historia (ULA)

lunes, 24 de abril de 2017

Genocidio Planificado. Enrique Contréras Ramírez

A ESTAS ALTURAS DE NUESTRA HISTORIA, EL MUNDO SENSORIAL IMPIDE VER LA CAPACIDAD PERVERSA, INICUA Y SINIESTRA DEL MUNDO POLÍTICO Y ECONÓMICO, POR SU HABILIDAD DE MANIPULAR, ENGAÑAR E IMPEDIR QUE SURJA LA MEMORIA COLECTIVA DE NUESTROS PUEBLOS. Enriquecontreras51@gmail.com

El destino de la humanidad no parece tener futuro, la ambición por dominar el mundo de los grupos económicos creadores de los grandes conglomerados, de los grandes monopolios industriales, financieros y comerciales, de religiones, de bancos, de gobiernos, de ciencia y tecnología para el control social, de partidos políticos llámense de derecha o izquierda, de sociedades secretas, de transgénicos, de guerras, de corporaciones informativas para manipular la opinión pública, de rutas para el narco tráfico, de socios como los del Club Bilderberg, de los diálogos de paz para la esclavitud, de fronteras entre pueblos hermanos, de historias arregladas, de enfermedades creadas y escases de medicamentos para reducir la población, del extractivismo voraz y de tantos otros instrumentos que han establecido para consolidar su dominio en el poder y de esta manera reproducir sus capitales y el control de la población, no importándoles las consecuencias que le ocasionan a la humanidad y al propio medio ambiente natural del planeta.

Detenerse a revisar y pensar, unas veces en soledad y otras en silencio sobre este panorama tan peligroso para la humanidad, no es el común denominador de las inmensas mayorías de nuestros pueblos, la manipulación y la desinformación a que han sido sometidos parece haber tomado el cerebro de nuestras gentes, que no les permiten ver que el futuro de la humanidad se encuentra a punto de desaparecer.

No ha habido gobierno en el planeta tierra que no haya sido cómplice de tan perversa y malévola situación, independientemente que se hayan identificado con los llamados socialismos o capitalismos, los mismos se han postrado ante el imperio del gran capital en su condición de súbditos por las cuotas de poder que les otorgan y les dejan manejar.

Nuestros países carecen de independencia, soberanía, autonomía y por lo tanto la autodeterminación de la cual tanto hacen alharaca nuestros gobiernos, es simplemente declarativa ya que en las ejecutorias de sus acciones gubernamentales responden a los intereses de los grandes conglomerados, que son en los que en última instancia les ordenan el qué hacer con nuestros recursos naturales propiedad de los pueblos y que ellos despojan e incluso les recomiendan como disminuir la población que no es productiva, por sus condiciones de pobreza en que están.

En el planeta tierra, todo parece indicar que el poder de los de arriba parece descansar sobre un gran cementerio de los de abajo, donde las hambrunas colectivas de los países más pobres se aceleran a pesar de los gritos y luchas permanentes de los pueblos, luchas aplastadas, traicionadas, encarceladas, asesinadas por los ejércitos de los gobiernos serviles, que independientemente de sus posiciones ideológicas, se prestan para mantener a los pueblos en ignorancia y desinformados sobre realidades que ponen en gran peligro la vida de millones de seres humanos.

Es una realidad, que los pueblos tendrán que enfrentar a corto y mediano plazo, de lo contrario, no habrá futuro para las generaciones venideras y donde la organización popular tendrá que jugar un papel preponderante en la resistencia y permanente lucha por ver liberadas las patrias, que heredamos de nuestros próceres que plantearon la independencia de América.

Sólo el pueblo, salva al pueblo y hoy más que nunca la unidad de los de abajo en una resistencia integral, desde todo punto de vista, podría brindarnos una salida para cambiar la relación de fuerza sobre el poder que domina y masacra las esperanzas de una América Latina distinta a la que tenemos.

Desde la primera reunión del grupo Bilderberg (Holanda-1954), unas cien personalidades de la banca, políticos, miembros de la realeza, dueños de conglomerados, financistas internacionales o dueños de los principales medios de comunicación, se reúnen cada año en complejos de lujo de Europa o América del Norte, bajo impenetrables condiciones de seguridad.

El fin de estas reuniones, es la de analizar los escenarios geopolíticos de las regiones y ver con sumo cuidado hacia donde hay que dirigir las orientaciones para que el capital se consolide y se duplique vertiginosamente. Investigadores sociales que le han dado seguimiento a las actividades del Club Bilderberg como Daniel Estulin, han llegado a la conclusión, que uno de los principales objetivos del mencionado club, es el de la constante conspiración para imponer un gobierno mundial, donde el modo de producción capitalista globalizado dentro de una economía neoliberal predomine y así obtener el dominio de la economía mundial y de los gobiernos que se dan en los distintos países del planeta, no importándoles su identidad ideológica, llámense capitalistas o socialistas.

La línea argumental de su investigación se centra en la presencia de un poder oculto, divorciado al quehacer democrático, que toma las medidas más culminantes que aquejan a la humanidad sin que esa misma humanidad lo sepa, y donde las estructuras del poder formal de los gobiernos de cada nación estén sometidas a su control.

Lo dramático de esta situación, es que toda esta ejecutoria de los que poseen realmente el poder en el planeta, actúan bajo la complacencia de los gobiernos. Gobiernos que se arrodillan frente al imperio del capital por mantener sus respectivas cuotas de poder.

Pues bien, en su última reunión realizada en junio del 2016 en Alemania, concretamente en la ciudad de Dresde, se trataron asuntos relacionados con: “China, el problema de la migración en Europa, Oriente Medio, Rusia, Panorama político de EE.UU. y su economía, la seguridad cibernética, geopolítica de precios de la energía y las materias primas, precariedad y clase media e innovaciones tecnológicas”.

Esta agenda de discusión aparece en la página web del Club Bilderberg.
El tema secreto de esa agenda y que trataron de ocultar, fue lo relacionado a la sobrepoblación y donde indicaron y coincidieron que tal situación, causaba una grave molestia a los fines del capital, pues la alta densidad de seres humanos en el poblamiento del planeta causa conflictividad social, conflictividad social que es producto de la pobreza yla miseria, pues la existencia de una inmensa mayoría de habitantes que no pueden cubrir sus necesidades básicas como la alimentación, el vestido, la vivienda, la educación y el trabajo, es motivo de alzamientos, revueltas, procesos insurreccionales que le causan gran malestar al desarrollo del gran capital.

De allí que se plantearan y siguen planteando la eliminación o el despoblamiento del planeta y para tales fines se hace necesario programar la eliminación de un gran número de seres humanos, ya que hay demasiada gente, se calcula cerca de los 7 mil 500 millones de habitantes en toda la tierra y la solución es liquidar buena parte de la misma, provocando las hambrunas y las guerras, sobre esto último Leonardo Boff en uno de sus artículos más recientes “La humanidad amenazada por guerras altamente destructivas” afirma lo siguiente: “ ... estamos al margen de los grandes conflictos bélicos que se están llevando a cabo en 40 sitios del mundo, algunos verdaderamente amenazadores para el futuro de la especie humana. Estamos en plena nueva guerra fría entre USA, China y Rusia.

Se ha reiniciado una nueva carrera armamentística, sea en Rusia, sea en Estados Unidos con Trump, para producir armas nucleares todavía más potentes, como si las ya existentes no pudiesen destruir toda la vida del planeta”. De nuevo la tesis malthusiana sale a relucir en el Club Bilderberg.

Robert Malthus sostenía que el exceso de población provoca graves problemas socio-económicos en la sociedad empeorando la calidad de vida, es el argumento que toma el Club Bilderberg para generar sus programas genocidas contra los países más pobres del mundo y donde se ignora por sus intereses, que el problema real es la mala distribución de la riqueza, la concentración del capital en pocas manos, más los privilegios económicos y políticos de las clases dominantes.

El plan ya se encuentra en plena ejecución, un caso concreto de esta situación es lo que está denunciando Antonio Guterres (marzo del 2017), Secretario General de las Naciones Unidas donde más de 20 millones de seres humanos se encuentran al borde de la muerte por hambre en Sudán del Sur, noreste de Nigeria, Yemen y Somalia. De no resolverse esta crisis, 20 millones de personas, podrían morirse al cabo de seis meses. Lo más irritante de este entorno es que de la totalidad de personas en riesgo de morir es la de 1,4 millones de niños. Es una realidad que resulta incomprensible si se tiene en cuenta la cuantía de alimentos que se desaprovechan a diario en todo el mundo.

Sobre éste tema la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señala que 1.300 millones de toneladas anuales de alimentos o comida se pierden o acaba en la basura en todo el planeta y un ejemplo de los países que más contribuyen con éste desperdicio es Europa y los Estados Unidos con el 60% de alimentos, que tiran a la basura. En medio de éste panorama desolador y retorcido, las contradicciones aparecen y una de las portadas periodísticas que más convocan la atención en torno a este tema es que según el asesor científico del Instituto Internacional del Agua de Estocolmo, Jan Lundqvis, indica que en la actualidad se producen más alimentos de los que se deberían consumir. "Asistimos a una mayor concentración de la riqueza. Los alimentos son muy baratos para una gran parte de la población mientras que todavía hay un grupo de pobres que tienen problemas para acceder a la alimentación".

Cómo entender, que la causa de muerte de millones de personas sea el hambre, cuando las cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) dejan ver que frente a las 2.360 kilocalorías por persona y día que había disponibles en la década de 1960, para 2050 el suministro aumentará hasta las 3.050 kilocalorías. La FAO sostiene que si la población mundial llega a los 10.000 millones de seres humanos en el 2050 como se presagia, habría que aumentar en un 60% la producción de alimentos frente a los que había aprovechables en 2005, situación que dentro de sociedades normales y voluntad política, sobre todo de los países más desarrollado, no habría problemas en éste orden.

Para muchos lectores lo planteado aquí, acerca de éste tema del Club Bilderberg, les puede parecer una leyenda que raya en la especulación, pero lo cierto de todo esto, es la realidad que viven los países que sufren hambruna y guerras planificadas. Opiniones como la del investigador y periodista Daniel Estulin, abre un camino a un contexto inocultable: “La pobreza va a ser tan profunda a nivel mundial y el desarrollo tecnológico va a aumentar tanto, que la separación entre el 99% de los pobres y los súper ricos va a ser más grande que nunca”.

El investigador indica que hay un plan para reducir la población mundial a como dé lugar y entre las variables que enumera para tales propósitos señala la desindustrialización mundial, acabar con los Estados-nación, el control social a través de la tecnología, la guerra cultural, preparar la colonización del espacio y allanar el camino para la llegada de la transhumanidad. Sobre esta última variable afirma lo siguiente: “El transhumanismo acabará con la humanidad” (...) “Como tal no es dañino, nada es negativo por sí sólo, pero es que nos van a asesinar.

La tecnología es magnífica salvo si la usas para matar a la gente o para crear gente que no sea humana porque puedes controlar su ADN, con tecnología cibernética, y así poder castigarles si, como yo, te portas mal”. Tales afirmaciones corresponden al año 1966, formuladas en dos libros, uno de ellos titulado “La verdadera historia del Club Bilderberg” y el otro “El Club de los inmortales” publicados por la Editorial Planeta.

Para esos años quien iba a pensar que lo señalado por Estulin se iba a dar en proporciones mucho más agigantadas, pues la cibernernetica en el mundo globalizado, constituye una estrategia global dentro de ese paradigma para gobernar al mundo llamado mundialización o globalización, todo esto muestra que los dueños del gran capital dedican parte de lo que le explotan y le saquean a la tierra y a los países pobres a la investigación científica y tecnológica, cuyo único fin es el poder, poder real y dejarle a los marionetas gobernantes el poder formal.

Mientras Estulin en 1966, ya señalaba que la ciencia y la tecnología, a través de la cibernética reemplazaría la actividad de los seres humanos, sobre todo en el proceso de producción, en el Colectivo “TERCER CAMINO” indicábamos que las relaciones sociales de producción iban camino a desaparecer a medida que avanzara esa ciencia y esa tecnología al servicio de los intereses de los dueños del capital e iban a ser cambiadas por las relaciones técnicas de producción, en ese nuevo paradigma llamado globalización.

El tiempo del imperio del capital ha llegado, COMO ETAPA SUPERIOR DE LOS IMPERIALISMOS y se ha encargado de poner cada cosa en su lugar. Hoy el dueño de una de las empresas más poderosas de la tierra, el señor Bill Gates, uno de los más grandes impulsadores del mundo sin fronteras para el capital y que afirma que el planeta es una aldea global, que se puede vender y se puede comprar, dueño del conglomerado Microsoft, le declaro a la web de información económica Quartz lo siguiente: “en los próximos 20 años habrá una cantidad importante de actividades en las que los humanos van a ser reemplazados por los robots -como el trabajo de almacén o la conducción de vehículos, entre otros- por lo que considera necesario tener políticas que respondan a estas circunstancias”.

El fundador de Microsoft, Bill Gates impulsa la penetración de la mano de obra artificial en los procesos productivos, pero plantea que los gobiernos recauden un gravamen a los robots, en vez de prohibir su uso, por la amenaza que pudiera tener en la clase trabajadora. Su oferta reside en que si una compañía, comercio o empresa paga impuestos por cada trabajador, entonces un robot que haga el mismo trabajo también debe ser gravado con una tasa similar. Pero además, el dinero cobrado debe predestinarse a incentivar empleos donde las destrezas humanas sean fundamentales, como la atención y el cuidado de los niños y ancianos.

Esta PROPUESTA del señor Bill Gates ya lo venía diciendo en su declaración de prensa del 15 de marzo del 2014 en el “Economista América.com”: “La gente no asume que su trabajo lo van hacer las máquinas y luego agrega: "Los Sofwtares automáticos para la enfermería, para conducir, etc. están progresando muy rápidamente. La tecnología reducirá con el tiempo la demanda de trabajos, especialmente para aquellas habilidades más sencillas y básicas. En 20 años desde hoy casi no habrá trabajos de ese tipo. Creo que la gente aún no lo ha asumido".

Podemos deducir, que todas estas afirmaciones acerca de cómo la tecnología va a ir suplantando la fuerza de trabajo del ser humano, va traer como consecuencia un gran desempleo y a su vez una masa laboral que no puede consumir, porque no puede comprar ni su dieta básica para la alimentación del núcleo familiar. En otros términos se está desarrollando a pasos agigantados una ciencia y tecnología que va a estar no al servicio de la humanidad sino del gran capital, donde su ganancia será monstruosa ante la mirada contemplativa de los de abajo. La organización internacional Oxfam (organización cuyas siglas significan en inglés Oxford Committee for Famine Relief, reconocida por sus campañas para recoger fondos que sirvan de ayuda al Tercer Mundo) ha advertido que el “próximo año la riqueza del 1% más rico de la población del planeta superará la del 99% restante a menos que se revierta la actual tendencia de desigualdad y concentración de riqueza”.

Ejecutivos de la mencionada organización como Winnie Byanyima siguen advirtiendo de que “el aumento descontrolado de la desigualdad está lastrando la lucha contra la pobreza a nivel mundial. Hoy día, una de cada nueve personas carece de alimentos suficientes para comer y más de mil millones de personas aún viven con menos de 1,25 dólares al día”. Igual ocurre a escala global- señala el informe deOxfam- un total de 62 milmillonarios que poseen igual riqueza que los 3.500 millones de personas que constituyen el 50% más pobre del planeta. El año pasado esta minoría de acaudalados eran 80 y hace seis años eran 388, lo que indica una clara tendencia a la concentración de los ingresos en pocas manos. En la investigación “Una economía al servicio del 1%”, el director de Oxfam Intermón en Catalunya, Francesc Mateu, el responsable de fiscalidad de la organización, Miguel Alba, y el presidente del Cercle d’Economia, Antón Costas, advierten del desigual reparto del crecimiento. La investigación de Oxfam afirma que cerca de la mitad de la riqueza mundial se encuentra en poder del 1 por ciento de la población, lo que significa que posee en conjunto unos $110 billones de dólares.

En otras palabras esto indica que más del 50 por ciento de la población del mundo (casi 4,000 millones de personas) tiene igual cantidad de dinero que las 85 personas más ricas del planeta. La institución humanitaria recalca también que la concentración de recursos económicos en pocas manos está induciendo el fenómeno de secuestro democrático debido a que los gobiernos apuestan a complacer las peticiones de los poderosos perjudicando gravemente a los más pobres. Dónde se encuentra el futuro de la humanidad si no es en nuestros niños, las cifras que organismos internacionales nos dan, sólo demuestra que a medida que se desarrolla el capital, de ese mismo modo se desarrolla y crece la muerte en nuestros modos de vida. Estadísticas como las que nos da a conocer UNICEF, nos indican la amenaza y el gran peligro en que esta nuestra infancia sobre todo en los países más pobres del planeta. Cerca de 69 millones de niños menores de cinco años –nos informa UNICEF- podrían morir hacia el año 2030 si se mantienen las actuales condiciones de desigualdad a nivel global de acuerdo al reporte correspondiente a este año 2016. Tal sacrificio que tiende a agudizarse, producto de la irresponsabilidad de los gobiernos podría empeorar de seguir la situación tal y como se encuentra. En ese mismo informe se señala: “En 2015, más del 80% de la mayoría de las muertes infantiles ocurrieron en Asia meridional y África subsahariana. El número de niños que no asisten a la escuela ha aumentado desde 2011. Unos 124 millones de niños no acceden a educación primaria y secundaria. UNICEF nos indica que para el año 2030, 750 millones de niñas se habrán casado siendo aún niñas y 167 millones de niños seguirán viviendo en la pobreza”.

La acción más cruel que constantemente pone en práctica el imperio del capital la encontramos en la guerra y todo por el control social, los espacios estratégicos en materia energética, el afán de poder y la reproducción del dinero de manera acelerada. Siria, es un ejemplo de lo que estamos diciendo, una guerra que comienza producto de la negativa del gobierno sirio al negarse a que un gasoducto pasara por su territorio desde Catar hacia Europa. En un artículo que escribiese el abogado Robert Kennedy Júnior, sobrino del expresidente norteamericano John F. Kennedy en la revista “Político” señala lo siguiente: “Nuestra guerra contra Bashar al Assad no comenzó por las protestas civiles pacíficas de la Primavera Árabe en 2011", sino en 2000, "cuando Catar ofreció construir un gasoducto por valor de 10.000 millones de dólares que atravesara Arabia Saudita, Jordania, Siria y Turquía", señaló Kennedy. Pues bien, esa guerra ha dejado miles de muertos, donde los más afectado son los niños. UNICEF estima que 8,4 millones de menores –más del 80% de la población infantil de Siria– se han visto afectados por el conflicto, incluyendo tanto a los que están dentro del país como a los que viven refugiados en países vecinos. “En estos años de guerra, millones de niños han tenido que crecer demasiado rápido y antes de tiempo”, informa Peter Salama, director regional de Unicef para Oriente Medio y Norte de África. “Mientras continúa la guerra, los niños están luchando un conflicto de adultos, tienen que abandonar la escuela, y muchos se han visto obligados a trabajar o casarse a una edad temprana”.

De otro lado, en otros países por ausencia de políticas sociales y médico- asistenciales el Sida mata aproximadamente cerca de 1.400 niños y niñas menores de 15 años, más de 6.000 jóvenes de 15 a 24 años contraen el VIH, cerca de 15 millones han quedado huérfanos debido al virus y según las propias investigaciones de organismos internacionales y particularmente de UNICEF la situación tiende a ser cada día más crítica y los gobiernos tienden a ignorar tan comprometido panorama. Éste es parte del drama humano que deja el desarrollo del capital en el planeta tierra, este panorama para las clases dominantes es invisible, no tiene importancia, es simplemente un dato, una estadística que no afecta al gran capital.

Para ese capital los pobres no tienen derechos, no tienen razones para existir, el capital convierte su condición humana en objetos, cosas que estorban, son masas que carecen de sentimientos, emociones y por lo tanto no merecen ser atendidos porque simplemente son desechos humanos. En el campo de las investigaciones sociales, la pobreza siempre ha sido objeto de estudio y sobre todo en América Latina donde se manifiesta con mayor fuerza, producto de los modelos socio-económicos que hemos tenido a pesar de la gran riqueza que siempre hemos poseído.

En América Latina la situación de pobreza de los niños y niñas, incluyendo a los adolescentes se disimula, se esconde de manera intencionada, aunque no hay guerras tan abiertas, miles de niños mueren en hospitales y medicaturas porque no hay insumos médicos para atender a los mismos, el hambre, la desnutrición crónica, la falta de agua potable, las barriadas careciendo de los servicios públicos fundamentales, ranchos insalubres, guerras entre pandillas, drogadicción, prostitución infantil, deserción escolar y un cumulo más de problemas ocasionados por la pobreza y miseria en que viven. En octubre del 2016, la directora regional de UNICEF María Cristina Percebal, en su intervención durante la XIII Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina, celebrada en Montevideo, hace un llamado para que los gobiernos dejen de mentir y den mayor visibilidad a esa realidades que esconden y donde la desigualdad diariamente “excluyen, humillan y matan a niñas, adolescentes y mujeres” y continuando con su exposición agrega: “que “se rompa el silencio estadístico” que, según explicó, “declara invisible todo aquello que no se quiere ver”, especialmente lo relacionado con las mujeres y las niñas indígenas, afrodescendientes, discapacitadas o con orientación sexual e identidad de género”.

Todo esto es una escandalosa, preocupante y absurda realidad donde la clase política y económica son las responsable de estos escenarios producto de que las riquezas naturales de nuestros territorios, los han puesto al servicio de los grandes conglomerados del capital a través de esa figura malévola de las llamadas empresas mixtas. Cuando será que en nuestro continente esa aspiración que planteara Sylvian Merechal en el “Manifiesto de los Iguales” en Francia aplicable a todo el planeta y particularmente en nuestro continente Abya Yala se pudiese dar y donde señalara de manera categórica: “Que desapareciera de una vez las escandalosas distinciones entre ricos y pobres, grandes y pequeños, amos y lacayos, gobernantes y gobernados. Que no haya entre los hombres más diferencia que las de la edad y el sexo. Puesto que todos tienen las mismas necesidades y las mismas facultades, que haya para ellos una única educación, un único sustento. Si se contentan con un solo sol y con el mismo aire para todos ¿por qué no habría de ser suficiente la misma porción y la misma calidad de alimentos para cada uno de ellos?”.

Algunas investigaciones realizadas por las universidades latinoamericanas, han indicado, que nuestro continente produce comestibles para alimentar entre dos y tres veces su población, el petróleo representa la quinta parte del total que existe en el mundo, pero además hay oro, esmeralda, cobre, aluminio, diamante, coltan y se calcula que su mayor riqueza se encuentra en la gran cantidad de bosques que ningún otro continente posee, lo que permite tener suficiente cantidad de agua para el consumo humano.

Estas informaciones, representan una realidad que nos dice, que América Latina tiene suficientes recursos para no tener pobres. Sin embargo, de acuerdo a las informaciones de la OMS la pobreza creció en los años 80 y 90, llegando al 41% de la población en el 2000. Entre los años 2003 y 2012 retrocedió, pero entre 2013 y 2014 se estancó en un 28%: 167 millones de latinoamericanos son pobres y, entre ellos, 74 millones son pobres en estado extremo.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) informó: “que, junto a los 167 millones de pobres, hay en América Latina 200 millones de “vulnerables” que pueden caer de nuevo en la pobreza ante “cimbronazos económicos”. Ha habido “grandes progresos”, pero la desigualdad sigue siendo una de las más altas del mundo. El 20% más rico acumula el 46,7% de la riqueza, mientras que el 20% más pobre sólo el 5,6%. El índice de Gini regional es de 52,7 y, en Europa del Este y en Asia Central, de 34,7.

La experiencia ha demostrado que los impactos de las malas políticas económicas pueden ser corregidos, pero los daños sociales que generan son muy difíciles de remediar”. Ejemplo de esta situación es Venezuela, uno de los países más ricos del Continente y hoy se encuentra con la más alta inflación del mundo y con salarios muy deteriorados a causa de la misma, además sus recursos naturales ya se encuentran en manos de grandes conglomerados que responden a los intereses de el gran capital tanto de China, como de Rusia y Estados Unidos a través de las llamadas empresas mixtas, Tal situación contribuye aún más al deterioro de la economía, además ese extractivismo de los recursos naturales empobrece los suelos, dejando a su paso grandes desiertos en prejuicio del medio ambiente natural.

En el caso de Venezuela, hemos venido arrastrando una pobreza de carácter estructural, que los grupos dominantes tratan de esconder, pero que se aprovecha en coyunturas perversas representadas en las ya tradicionales campañas electorales, que tanto la llamada izquierda como la derecha explotan para obtener sus respectivas cuotas de poder. Esa pobreza, es la expresión de condiciones socio-económicas que se manifiesta en la población que no tiene empleo estable y digno, que le permitan satisfacer las necesidades físicas y psíquicas del grupo familiar, lo que impide tener calidad de vida, porque carece de una vivienda decente, de una buena y sana alimentación, de calidad educativa, de servicios médico-asistenciales que le garanticen una vida sana, de calidad de servicios públicos, en fin se carece de medios que le permitan satisfacer sus necesidades básicas en su condición de seres humanos.

En Venezuela esa pobreza estructural, se hubiese podido en gran parte erradicar, producto de los grandes momentos que hemos tenido en su crecimiento económico, pero que lamentablemente no ha generado desarrollo social, crecimiento económico que se ha manifestado sobre todo desde el mismo momento en que apareció la industria petrolera, que le ha permitido al país millonarias entradas en dólares, pero que no se han aprovechado producto del despilfarro, de la avaricia, de la voracidad, del pillaje que los grupos económicos y políticos, TANTO EN LAS DICTADURAS COMO EN LAS MAL LLAMADAS DEMOCRACIAS han desarrollado desde el poder.

La pobreza en Venezuela se ubicó en un 33,1 %, lo que supone la situación de 2.434.035 familias, al cierre del primer semestre de 2015, según informó el Instituto Nacional de Estadística venezolano después de más de un año de opacidad en las cifras sobre este indicador. De este número, 683.370 familias son “pobres extremos”, lo que representa el 9,3 % de las familias, según señala el estudio que mide la “pobreza por ingreso”, un número superior a los 8,4 % de registrados en el mismo periodo del año anterior, y que también fueron dados a conocer en este estudio. Este número demuestra un aumento progresivo de la pobreza extrema en el país durante los últimos años y que había roto su piso en 2012 cuando logro bajar el número hasta 6%, reseña Efe. Asimismo señaló que 1.750.665 familias se encuentran en situación de pobreza “no extrema”, es decir el 23,8 %. El INE registra que en el país con las mayores reservas de petróleo del mundo solo 4.930.666 familias son “no pobres”.

Si algo ha tenido el desarrollo del capital, es su capacidad de innovar sus procedimientos, para de esta manera reproducir de manera “espectacular” el dinero y en esos andares generar nuevos paradigmas para consolidar su dominio, paradigmas que aparecen como salvadores de la humanidad ante tanta miseria y pobreza de millones y millones de seres humanos que mueren por culpa de quienes poseen el poder real, bajo la complicidad de políticos y gobiernos apátridas que por mantener el poder formal no solamente traicionan la confianza de sus electores, sino que venden la soberanía de sus propios países, entregando sus recursos naturales a los grandes conglomerados que masacran no solamente a seres humanos sino que también maltratan de manera irracional al planeta. Desde 1945, hasta nuestros días dos modelos de sociedad se han disputado el mundo (socialismo y capitalismo), es lo que se ha conocido como la “Guerra Fría” donde los soviéticos, norteamericanos y ahora China, han querido imponer su pensamiento, su cultura, sus costumbres en ese proceso transculturizador, con el fin de obtener de los países recolonizados el máximo debeneficios sobre todo en materia minero-extractiva. “Guerra Fría” que ha dejado más muertos que las propias guerras armamentistas de gran confrontación bélica, donde millones de seres humanos mueren por hambre, enfermedades inducidas, falta de hospitales, ausencia de medicamentos, desnutrición crónica y la que logra sobrevivir en su inmensa mayoría se encuentra en condiciones paupérrimas al borde de la pobreza crítica.

Estos dos modelos de sociedad que pregonan igualdad social, democracia, justicia y libertad solo han acumulado riqueza en sus grupos y elites dirigenciales y la acumulación de pobreza en millones de seres humanos.

En nuestro planeta, la injusticia y la desigualdad son los códigos distintivos. El planeta Tierra, tercero del sistema planetario solar, ya pasa de los 7 mil millones de seres humanos. En él, cerca de 300 millones de personas viven con comodidades mientras el resto soportan la pobreza y tratan de sobrevivir. Una diferencia criminal donde la riqueza se concentra en pocas manos a costa del hambre, la miseria y las muertes de seres humanos. Particularmente siempre he creído, al igual que muchos compatriotas, que en el mundo del capitalismo-ahora globalizado- se programan estrategias y tácticas, para asentarse en cualquier modelo de sociedad independientemente de la tendencia ideológica y política que sus gobiernos tengan. Los dueños de ese capital, ante las masas nunca aparece culpable de la explotación humana, del hambre, la muerte y la miseria de los pueblos, por el contrario, esa responsabilidad le toca asumirla los gobiernos, que en cada país se dan, bajo el asesoramiento y la dirección del FMI, el BM, la OMC y otras instituciones y conglomerados que en el escenario de las finanzas, la industria y el comercio operan en el mundo. Y la responsabilidad la asumen los grupos y clases dominantes que gobiernan por su condición de celestinos ante el imperio del capital, por resguardar sus cuotas de poder, no importándoles incluso entregar los recursos naturales y la soberanía de los países que rigen, colocándose ante la historia como falsarios, rémoras y verdugos de sus propias patrias.

Éste escenario, que arropa a inmensos sectores de la población sin que estos se den cuenta del mal que le ocasionan a los pueblos, no los deja ver más allá de su propia cotidianidad enajenada, enajenación que convierte a los seres humanos en analfabetas funcionales, analfabetismo que forma parte de la estrategia del gran capital hacia la población, de allí su necesidad de estudiar a través de la psicología, pedagogía, sociología, teorías de la comunicación y de la guerra-entre otras ciencias- las características de vida de los pueblos, no para mejorar sus condiciones de vida, sino para establecer la relación dominante-dominado, relación que se manifiesta tanto en los países llamados capitalistas como socialistas.

En América Latina, las estructuras jurídico- políticas, ideológicas-culturales y sobre todo económicas, se hallan bajo el dominio del modo de producción capitalista globalizado y por lo tanto bajo la dirección del gran capital y sus conglomerados. De allí, que sus gobiernos sin excepción responden a estos intereses, llámense países capitalistas o socialistas. Parte del antecedente de esta situación, podemos ubicarla, a partir del año 1989, cuando el Instituto de Economía Internacional de Washington (W.I.E.I.), reunió en una conferencia extraordinaria a economistas del congreso norteamericano y del gobierno, a los líderes y ejecutivos de las principales empresas trasnacionales en especial las petroleras, a miembros de las comunidades académicas y centros de estudio, a los representantes de las instituciones internacionales multilaterales más importantes como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, Organización Mundial del Comercio, todo esto con el firme propósito de sentarse a discutir acerca de las reformas necesarias a ser impulsadas para que el continente latinoamericano saliese de la llamada “década perdida”, la década de la inflación y la recesión y pudiese retomar el camino del “crecimiento y la estabilidad”. A esta reunión, se le calificó como el consenso de Washington. Bajo éste “argumento” el imperio del gran capital marcó el camino a seguir y se comenzó a establecer los diversos programas impuestos por el Fondo Monetario Internacional y el Banco-Mundial.

En el caso de Venezuela se comienza a ejecutar estas políticas, desde el momento que se nombra la Comisión para la Reforma del Estado (Gobierno de CAP) y por razones de inestabilidad política para ese entonces y que todos conocemos, esta desaparece, asumiendo este papel la Asamblea Nacional Constituyente derivada del poder constituido y no originaria, que impulsara el Presidente Chávez. Estas Constituyentes derivadas del poder constituido se comienzan a dar en toda América Latina.

La poderosa y rápida expansión del capitalismo globalizado y su teoría económica del neoliberalismo en nuestro Continente, chocaban frecuentemente con el ordenamiento jurídico de las naciones de nuestra región.

De allí que ese imperio del gran capital se planteó la necesidad de las reformas constitucionales, para darle bases jurídicas a sus inversiones ya que las anteriores constituciones en su mayoría aún en el marco del capitalismo, tenían un carácter estadístico aunque se quedara en el plano de la teoría, que amparaban innegablemente ciertas posturas nacionalistas.

“Adam Smith, el economista británico, escribió en 1776 lo siguiente: “Todo para nosotros y nada para los demás, parece, en todas las épocas del mundo, que ha sido la vil máxima de los amos de la humanidad.”

Las corporaciones han aumentado la dominación global, encabezada por sectores financieros. Como todas las élites de poder, usan las emociones, la “razón” y el interés propio para alcanzar sus objetivos como amos de la humanidad”. (Tomado del artículo GLOBALIZACIÓN-NEOLIBERALISMO- CORPORATISMO de los Profesores, Quigley y Sutton y otros autores.)

Argentina, Colombia, Brasil, Chile, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Venezuela y ahora Cuba -entre otros países- son las naciones que mejor han asumido la orientación del Consenso de Washington, sus constituciones han sido modificadas y reformadas para adaptarlas al mandato del imperio, Constituyentes derivadas del poder constituido y reformas para “modernizar” el Estado, que sólo han servido para consolidar los intereses económicos de las multinacionales del gran capital, que ahora aparecen en el caso concreto venezolano como empresas mixtas.

De esta manera, la predica de la modernización capitalista que ofrece la “gran oportunidad del desarrollo económico”, se armoniza únicamente en función de las ventajas del mercado global, un mercado global controlado y dirigido por los grandes conglomerados y donde los millonarios del Club Bilderberg poseen y tienen toda la influencia e inversión, cuya consecuencia es seguir plagando de hambruna y muerte al planeta.

Todo este panorama siguen desarticulando los procesos jurídicos de los Estados nación, para darle paso, a nuevas formas “jurídicas” de subordinación de los pueblos a las potencias que los dominan, al mismo tiempo que coloca en crisis, el llamado estado de derecho ante el nacimiento del Estado Moderno, las filosofías jurídicas y políticas que orientaban el derecho positivo de los Estados-nación, se transformó en la modernidad, en aras de abrirle camino a la legalidad de nuevas formas del “derecho internacional” facilitando la legitimidad al mundo globalizado con nuevas interpretaciones jurídicas acerca de la soberanía, democracia, justicia, integración, desarrollo, libertad -entre otros conceptos- y así ajustarlos a los intereses de quienes dominan y justificar en el plano internacional las aberraciones que cometen contra los pueblos, sus economías, ecosistemas a través del extractivismo irracional incluyendo los crímenes de guerra.

“Las transformaciones jurídicas apuntan efectivamente hacia cambios en la constitución material del orden y poder mundial.
La transición que hoy observamos, desde la ley internacional tradicional, que fue definida por contratos y tratados, hacia la definición y constitución de un nuevo poder mundial supranacional, soberano (y así hacia una noción imperial del derecho), aunque incompleta, nos da un marco en el cual leer los procesos sociales totalizantes del Imperio.

En efecto la transformación jurídica funciona como un síntoma de las modificaciones de la constitución material biopolítica de nuestras sociedades. (Toni Negri y Michael Hardt. IMPERIO. Edit. Desde Abajo (2001). PP.55).

Es dentro de éste marco, donde se encuentra el poder real, el poder que domina, el que impone las reglas de juego y que los gobiernos de nuestra región aceptan dócilmente, se subordinan en aras de mantener sus respectivas cuotas de poder (poder formal), no importándoles vender la patria al precio que los grandes conglomerados del gran capital les imponga .Hemos afirmado que el mundo globalizado, se plantea la recolonización del planeta, es un nuevo paradigma que cambia las reglas de juego del capitalismo tradicional. Los capitales que tenían identidad con respecto al país donde pertenecían cambiaron sus estrategias, desaparecen los imperialismos protagonizados por países como Estados Unidos, Rusia, China, Alemania, Inglaterra –entre los más voraces- para darle cabida a la fusión e integración de esos capitales, se congregan de esta manera el capital financiero y el capital industrial y surgen los conglomerados para convertirse en un imperio para controlar y recolonizar el planeta en todos sus planos, que no es otra cosa que el imperio del gran capital.

Es aquí donde surge la diferencia entre imperialismo e imperio, escenario poco abordado por los economistas nuestros por su formación académica dogmática y colonizada dentro de las escuelas y corrientes económicas donde se formaron. Al respecto John Holloway nos dice: “En el discurso académico no hay lugar para el grito. Más que eso el estudio académico nos proporciona un lenguaje y una manera de pensar que dificulta expresar nuestro grito.

El grito, si es que aparece, lo hace bajo la forma de algo que debe ser explicado, no como algo a ser articulado. De ser el sujeto de nuestra pregunta por la sociedad se convierte en objeto de análisis”. (HOLLOWAY, John. Edit. Vadell Hermanos (2005).PP. 16). Esta es la respuesta que el imperio del capital, le da a la crisis de las economías domésticas de los países llamados desarrollados, para evitar la debacle de todo el sistema que por muchos años han mantenido, Toni Negri y Michael Hardt al respecto plantean lo siguiente: “Como resultado del proyecto de reforma económica y social iniciado bajo la hegemonía de Estados Unidos, las políticas imperialistas de los países capitalistas dominantes se transformó en el período de posguerra.

La nueva escena global fue definida y organizada principalmente alrededor de tres mecanismos o aparatos:

1) el proceso de descolonización que recompuso gradualmente al mercado mundial a lo largo de líneas jerárquicas ramificadas desde los Estados Unidos; 2) la descentralización gradual de la producción; y 3) la construcción de una red de relaciones internacionales que distribuyen por todo el planeta el régimen productivo disciplinario y la sociedad disciplinada en sus sucesivas evoluciones. Cada uno de estos aspectos constituyen un paso en la evolución del imperialismo al Imperio”. (Toni Negri y Michael Hardt. Ibídem. PP. 247).

Desde la sociedad colonial, hasta nuestros días se ha venido imponiendo el concepto del modelo social disciplinario –claro está- con sus respectivas modalidades y adaptaciones: Si no obedeces te castigo (la escuela). Si no respetas la línea del partido, te expulsamos (los partidos). Si no defiendes el gobierno, no tienes trabajo (gobiernos nacionales, regionales, municipales).
Si no respetas al superior te castigo (los militares).

Si no respetas la ley te encarcelo (la justicia). Si no obedeces Dios te castiga (la iglesia) –entre otros ejemplos- es lo que llamaría Foucault y lo parafraseo por analogía “vigilar y castigar”.

Éste modelo social disciplinario lo venimos arrastrando desde la colonia, allí es donde nace una disciplina para la dominación, para la obediencia, es una disciplina coercitiva que no admite otra conducta que la impuesta por la relación de poder que se tenga frente al oprimido.

Éste es el modelo social disciplinario, modelo social disciplinario que hoy día admite conflictos, protestas, manifestaciones, siempre y cuando no se salgan del ordenamiento jurídico que establece la “Ley”. Ley que hacen los de arriba para disciplinar a los de abajo.

Éstos conflictos es lo que particularmente llamo conflictos funcionales, son los conflictos que se institucionalizan, es decir, son los conflictos permitidos, admitidos, transitorios, pasajeros y que además son controlados por el Estado y sus instituciones como los partidos políticos, ministerios del trabajo, los sindicatos, gremios profesionales –entre otros- siempre entran en un proceso de negociación, de reacomodo, donde lo económico está por encima de cualquier otra reivindicación que pueda representar calidad de vida.

Éste tipo de conflictividad, es la permitida, está condicionada por leyes, reglamentos, normas que disciplinan la protesta y se utiliza para mostrarle al mundo de las apariencias que hay libertad, tolerancia, democracia, dentro de un Estado tan perfecto que es permisivo y democrático.

Ahora bien, esta operatividad del sistema se ha venido perfeccionando, hasta el punto, de que estamos pasando de manera muy subliminal del modelo social disciplinario al modelo social espacio-mundo de control. Desde que Harold Lasswell, Robert Merton, Paul Lazarsfeld, entraron en el estudio de los medios de comunicación, a partir de la segunda guerra mundial, empezaron a trabajar sobre los análisis, efectos y contenidos de los medios de comunicación y donde Harold Lasswell indico las funciones de los mismos señalando la importancia de vigilar el entorno, la relación de los componentes de la sociedad para producir una respuesta al entorno, la trasmisión de la herencia social y Merton agrega el entretenimiento.
Esta experiencia de los fundadores de la Teoría de la Comunicación (Lasswell, Merton y Lazarsfeld), es aprovechada más adelante y hoy día, con el adelanto de las comunicaciones y la tecnología se ha avanzado una enormidad, hasta el punto de que aparecen proyectos en ejecución como el proyecto BLUE BRAIN financiado por los conglomerados del gran capital y cuya tarea y propósito es la de descifrar el sistema más complejo descubierto hasta ahora en el universo, que no es otro que el cerebro, se ha convertido en una prioridad para los intereses del gran capital que viene aportándole millones de dólares al proyecto Brain, que pretende dar a los neurocientíficos “las herramientas necesarias para entender mejor cómo pensamos, aprendemos y recordamos”.

En éste proyecto se esconde el más perverso plan de control mental en el desarrollo del escenario panóptico en que se desenvuelve el planeta.

De esta manera se empieza a dar un paso agigantado al espacio mundo de control. Ya no es la amenaza física la que predomina, se trata ahora de control mental, de enajenar el pensamiento, de que las masas asuman la conducta del que tiene el poder real. Controlar y controlar a los pueblos de manera mental para evitar insurrecciones que puedan poner en peligro sus intereses.

Hoy ese espacio mundo de control se ha dado a la tarea de construir incluso la disidencia: “Las élites económicas –que controlan grandes fundaciones– también supervisan la financiación de numerosas organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil, que históricamente han estado involucradas en el movimiento de protestacontra el orden económico y social establecido. Los programas de muchas ONG y movimientos populares dependen en gran medida tanto de fondos públicos como privados, incluyendo las fundaciones Ford, Rockefeller, McCarthy, entre otras.

El movimiento antiglobalización se opone a Wall Street y a los gigantes del petróleo controlados por Rockefeller y otros. Sin embargo, las fundaciones y organizaciones benéficas de Rockefeller y otros integrantes del Club Bilderberg, generosamente fundan redes anti-capitalistas, así como ecologistas (frente a las grandes petroleras) con el fin último de supervisar y formar sus diversas actividades”. (Véase al respecto el artículo de Michel Chossudovsky. “Financiando la disidencia: Quien paga, manda”).

El objetivo de todo esto es controlar, vigilar, es la expresión del panóptico en un planeta llamado tierra, donde la sociedad es amordazada y lo peor su cerebro lo paralizan, ya que no tiene derecho a pensar, a reflexionar, a contradecir, en un mundo claro- oscuro que se debate entre la verdad aplastada, encadenada y la mentira que fluye como el agua y que la inmensa mayoría que puebla el planeta la toma como verdad absoluta e incólume. Hoy ese espacio mundo de control se ha dado a la tarea de construir incluso la disidencia: “Las élites económicas –que controlan grandes fundaciones– también supervisan la financiación de numerosas organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil, que históricamente han estado involucradas en el movimiento de protesta contra el orden económico y social establecido. Los programas de muchas ONG y movimientos populares dependen en gran medida tanto de fondos públicos como privados, incluyendo las fundaciones Ford, Rockefeller, McCarthy, entre otras.

El movimiento antiglobalización se opone a Wall Street y a los gigantes del petróleo controlados por Rockefeller y otros. Sin embargo, las fundaciones y organizaciones benéficas de Rockefeller y otros, generosamente fundan redes anticapitalistas, así como ecologistas (frente a las grandes petroleras) con el fin último de supervisar y formar sus diversas actividades”. (Véase al respecto el artículo de Michel Chossudovsky. “Financiando la disidencia: Quien paga, manda”).

El objetivo de todo esto es controlar, vigilar, es la expresión del panóptico en un planeta llamado tierra, donde la sociedad es amordazada y lo peor su cerebro lo paralizan, ya que no tiene derecho a pensar, a reflexionar, a contradecir, en un mundo claro- oscuro que se debate entre la verdad aplastada, encadenada y la mentira que fluye como el agua y que la inmensa mayoría que puebla el planeta la toma como verdad absoluta e incólume.

Si algo no percatan los pueblos del mundo, es el sistema de vigilancia a los que son sometidos permanentemente por sus gobiernos, es parte de un conjunto de técnicas aportado por las ciencias de la comunicación, para obtener el control social y donde se rompe el necesario equilibrio entre libertad y seguridad.
Referenciando históricamente el tema que nos ocupa, hay que señalar que desde que la humanidad existe, se han transmitido ciertas habilidades para vigilar, orientadas a rondarunos grupos hacia otros, la misma se manifiesta como una particularidad inseparable en todas aquellas sociedades humanas donde las contradicciones de clase social están presentes, por aquello de las relaciones de poder.

Pero es en la sociedad moderna, donde aparece la vigilancia como instrumento del llamado ESTADO, para el control social, escenario que se fue perfeccionando con el desarrollo de las comunicaciones y la tecnología. De allí que la vigilancia se institucionaliza como un privilegio excepcional de un sector de la sociedad: los amos de los medios de producción. Por lo tanto, las nuevas formas de control social están coherentes con el envión de las nuevas tecnologías y la instauración de sistemas de vigilancia que el capital necesita para su perennidad.

Tal situación se ha venido desarrollando con una velocidad y un avance increíble, difícil de percibir en la vida cotidiana del ciudadano común, por estar sumergido en el quehacer diario de su trabajo, en esa búsqueda permanente de bienestar individual y familiar, además de que los llamados medios de comunicación social, sobre esto no informan, por formar parte de ese engranaje mortal y perverso que el neoliberalismo ha montado tanto en los países llamados socialistas como capitalistas en nombre de la libertad, la seguridad y el progreso.

Todos estos avances, que constituyen realmente una variable a tomar en cuenta en el marco de una sociedad panóptica –además de alienada- es un escenario que aprovechan los controladores del poder para mantener a la población totalmente desinformada y ubicada en un espacio ideológico y político de “pensamiento único”, promovido por los que sostienen y promueven el mundo globalizado y su doctrina neoliberal. Tal situación, tiene objetivos, fines y propósitos bien definidos, pues se trata de que las clases dominantes eviten ser desalojados del poder y reproducir los capitales de manera acelerada, se trata también de gobernar el mundo, pues su poder es real y no formal.

De esta manera se ha venido conformando el espacio mundo de control. Ante esta situación, antes descrita, vale la pena preguntarse, qué tiene que ver esto con el tema que estamos tratando, donde involucro directamente a Bentham y
a Foucault, en éste escenario, donde el poder vigila, para ubicar quien atenta contra ellos, convirtiendo el planeta en un espacio panóptico (vigilancia del todo), tema desarrollado por los autores citados, quienes iniciaron sus estudios en esta área de las ciencias de la comunicación y que se “quedaron cortos” ante el nuevo paradigma de la globalización, pero que se adelantaron de manera brillante en el tiempo que les tocó vivir.

Para el siglo XVIII, se venía discutiendo en Europa lo relacionado al poder judicial y la arquitectura carcelaria, Jeremy Bentham, filósofo inglés, padre de la teoría utilitarista era uno de los principales críticos, sobre todo del sistema judicial y legal inglés. Bentham, para ese entonces, propone un modelo carcelario denominado “El panóptico” planteamiento teórico que fue publicado en el año 1791.

El planteamiento panóptico de Bentham radica en una construcción en redondo, en la que los calabozos de los presos se hallan dispuestas en un círculo, divididas por paredes que, a la manera de radios, confluyen estrechándose hacia el centro del edificio.

En ese sitio se encuentra una torre en la que seubican los guardias y la misma está provista con diversos dispositivos e ingenios para impedir que los reclusos puedan evidenciar su real presencia. Éste diseño de arquitectura carcelaria, tiene como objetivo que los guardias puedan vigilar, sin que los presos los puedan visualizar, esto hace que los reclusos -estén los guardias en la torre o no- tengan la impresión de estar vigilados permanentemente, tal ambiente genera en el recluso, desde el punto de vista psicológico, la sensación que está siendo controlado y si se rebela puede ser castigado. Bentham, en sus reflexiones, se da cuenta que el planteamiento panóptico puede ser adaptado a las fábricas y otras instituciones donde sea necesaria la vigilancia.

Foucault, filósofo francés -además de historiador- retoma el planteamiento de Bentham, en uno de sus libros: “Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión” (1975). En el mismo Foucault, hace un análisis de las transformaciones sociales y conceptuales que hay detrás de los cambios masivos que se dieron en los sistemas carcelarios de occidente, desde el mismo momento en que apareciera la era moderna y señala la importancia que tiene Bentham al aportar "... el problema de la visibilidad totalmente organizada alrededor de una mirada dominadora y vigilante”.

La interpretación que le da Foucault, al planteamiento de Bentham, es que esta idea poco a poco se esparce en todos los planos que componen la sociedad y es en el mundo moderno en el cual se desarrolla aceleradamente el capitalismo, donde el panóptico se plantea como una necesidad imperiosa para los que poseen el poder, situación planteada en su libro (1980. Microfísica del Poder).

Desde la escuela, psiquiátricos, hospitales, cuarteles, iglesias, partidos políticos, la banca, y cualquier otra institución que forme parte del llamado estado, se vigila y se disciplina, de allí que Foucault afirma que “...nuestra sociedad no es la del espectáculo, sino la de la vigilancia; bajo la superficie de imágenes, se llega a los cuerpos en profundidad (...) se persigue el adiestramiento minucioso y concreto de las fuerzas útiles (...) estamos en la maquina panóptica, dominados por sus efectos de poder, que busca prolongar en nosotros mismos, ya que somos uno de sus engranajes”. Foucault. M. “Vigilar y Castiga. Nacimiento de la prisión” pp. 54 (1980).

El Panóptico es un artilugio extraordinario que, a partir de las pretensiones que se tengan, produce sensaciones homogéneas de poder, de una atadura real surge mecánicamente una correspondencia ficticia, no hay necesidad a recurrir a la represión para obligar al preso a tener una aceptable conducta, al enfermo mental a tener una relativa tranquilidad, el obrero al trabajo, el estudiante a repetir lo que dice el maestro y el maestro a cumplir con lo que le impone el estado, el quebrantado de salud a la observación de las prescripciones.

La mirada panóptica cuenta con diversidad de aliados y asociados que abonan su eficacia y eficiencia.

La vista que vigila se ha reproducido, en los celulares, internet, en los llamados medios de comunicación, los satélites, las telecomunicaciones, la televisión y los ordenadores o sistemas de computación, en otras palabras, el desarrollo acelerado de la tecnología de punta en materia comunicacional han favorecido el panoptismo, como fuerza homogeneizadora que rodea a los humanos en las sociedades contemporáneas.

Esta metamorfosis ve a la vigilancia como un medio mucho más eficaz que el castigo y se esfuma el espectáculo punible y un nuevo poder se abre paso muy diferente al tradicional.

Nace así para Foucault un poder que se expresa de muchas maneras, que mientras más se encubre más poderío tiene sobre la sociedad. Los escenarios que hacen potenciable su ubicuidad e invisibilidad, son las mismas que le dan fuerza, y le permiten a su vez numerar, apartar e inclusive asentar aquello sobre lo cual ejerce poderío. Envueltos en esta telaraña de poder, las personas son objetos, presas capturadas por un poder que los somete sin darse cuenta de ello.

De otro lado, las formas ideológicas para la dominación se han multiplicado en el mundo del capitalismo globalizado. Lo que no controla las leyes del llamado Estado, se refuerza con los adelantos científicos y tecnológicos para el control social. Teóricos de la comunicación, periodistas -entre otros profesionales- en el marco de sus estudios e investigaciones acerca de los medios audiovisuales, han indicado que el control y vigilancia ejercida por la cibernética es mayor y más efectivo que la de los mismos satélites, pero que no dejaran de usar porque los mismos contribuyen a que el modelo de dominación se sostenga.

En éste mismo campo de la cibernética, han aparecido nuevos controles de tecnología de punta presentados en la recién finalizada reunión Bilderberg, donde la Vicepresidente de Ingeniería Tecnológica Avanzada de Google Regina E. Dugan y quien fuera Directora de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de la Defensa de los Estados Unidos, presentó ante los asistentes de la misma, dos proyectos que en el ayer pudieron haber sido ciencia y ficción pero que hoy es parte de una realidad perversa que solo el imperio del capital podría ejecutar para mantener el control del poder que ejerce sobre el planeta.

El primero de los proyectos consiste en un biochip rastreador ingerible, parecido a los circuitos integrados de una computadora, con la particularidad de estar formado por trozos mínimos de ADN. Este biochip es una pequeña píldora que puede ser tomada lo que permitiría un análisis bioquímico cabal del individuo, permitiendo a los científicos análisis más exactos de la persona y por mucho menor coste que los métodos tradicionales. Además también se utilizará como método de identidad personal.

El proyecto se encuentra en la fase final de desarrollo. El segundo y no menos alarmante proyecto que Regina Dugan expuso en Bilderberg, es el “tatuaje electrónico”, este “tatuaje” está formado de un pequeño circuito acoplado con cables de silicio flexibles que se pega a la piel, es otro avance con pasos agigantados que se da en el campo de la tecnología de la electrónica.

Todo esto se presenta, como tecnología al servicio de la humanidad, pero detrás de todo esto lo que se busca es el control social, es decir mayor control poblacional o como dicen algunos teóricos de la comunicación “nos van a marcar como el ganado, ya es una realidad y van a discutir cómo implementarlo en el año 2017, por eso Regina E. Dugan fue una de las invitadas. Hay un plan en marcha, trataran de venderlo como una mejora sanitaria y en el caso del “tatuaje flexible” como lo más “cool”, lo más “in”. Pero de lo que se trata en realidad es la vigilancia real de la población.

La situación ha ido a tal extremo, que organismos internacionales como la ONU, que en el llamado Nuevo orden Mundial (NOM) establecerá “un sistema de identificación en toda la humanidad (NOM), donde toda persona hombre, mujer y niño llevara implantado un microchip biométrico que permitirá establecer un orden en todo el mundo. Esta propuesta está prevista para el año 2030, Según la Publicación de The Economic Collapse de Michael Snyder, este chip o tarjeta de identificación permitirá una organización general en el mundo, controlada por una base de datos enorme que se encuentra en unas instalaciones de última generación localizadas en Suiza.

La humanidad requiere hoy día de repensarse a sí misma, no esperar un mesías que saque a sus naciones de la crisis que han ocasionado los grupos dominantes que gobiernan el planeta. Los modelos socio-económicos que han conocido nuestros pueblos llamados socialismos y capitalismos parecen haber condenado a los hombres y mujeres que pueblan la tierra a vivir en la incertidumbre, sin porvenir y sin futuro.

El llamado progreso, desarrollo, civilización sólo ha servido para acrecentar el abismo entre ricos y pobres, dominantes y dominados, explotados y explotadores. En el tema de América Latina, debemos de reconocer que hemos desviado nuestro rumbo, la razón colonialista dejada por el eurocentrismo no ha permitido reencontrarnos con lo que verdaderamente somos, hay que retomar el camino que nos conduzca a entender que solo el pueblo salva al pueblo en el marco del legado que dejara entre nosotros nuestro Simón Rodríguez (en el caso venezolano) y otros tantos pensadores de nuestra América Latina.

Esa razón colonial comienza a ser enfrentada, está apareciendo el espectro del autonomismo en nuestros pueblos, con un pensamiento propio y donde el movimiento indigenista comienza a marcar el camino, contagiando a muchos grupos urbanos, de una cosmovisión distinta de lo que es el mundo, totalmente diferenciada de la ideología del capital, es la ola creada como decía Frantz Fanon por los condenados de la tierra, ante las ambiciones descomunales del gran capital y donde el conocimiento y la sabiduría de los pueblos producto de su verdadera lógica de vida, se presenta como alternativa contra la lógica de la dominación. Se comienza a entender, que cuando entra esa cosa llamada desarrollo, progreso y civilización a los pueblos, se comienza a sufrir, viene el despojo, el extractivismo comienza hacer de las suyas con sus empresas mixtas respectivamente, dejando un desierto a su paso, acompañado de miseria que es lo queda en los territorios explotados hasta más no poder y ocupados.

Estamos rompiendo con la racionalidad colonialista dominante, con las ideologías, que no deja que los intentos de rebelión, que han cursado a lo largo de nuestra historia, permitan la libertad de nuestro continente, pues estas rebeliones han sido capturadas, para evitar los procesos de emancipación de nuestras naciones. Estamos a punto -aunque muchos no lo crean- de producir un nuevo parto en el planeta, con características muy propias, que nos lleva a generar y crear un modelo civilizatorio con identidad propia, donde la negritud y la indianidad en este continente Abya Yala, se levanta y se agiganta sin complejos frente a la civilización occidental, rompiendo con los viejos modelos civilizatorios del capitalismo y del llamado socialismo real.

Es un camino propio, una revolución propia, sin apellido y patrocinio de ningún tipo, no es positivista, ni funcionalista, ni estructuralista, ni tampoco marxista. Es una revolución que nos permite repensar el pasado y el presente, es una revolución contra la racionalidad y las ideologías dominantes, que siempre han negado nuestra riqueza cultural y étnica de nuestro entorno real. Es una revolución donde lo indiano y la negrura se torna subversivo, es la respuesta de los “derrotados” y “vencidos” desde el mal llamado “descubrimiento” hasta nuestros días.

Es una revolución donde nuestra riqueza pluricultural y multiétnica se abre paso y comienza a generar espacios convivenciales como respuestas necesarias frente a ladominación. Es un proceso dialéctico que se hace presente en el que más temprano que tarde se producirá la ruptura histórica de la dominación que hará posible la construcción de caminos distintos, que no tienen nada que ver con el capitalismo, sea de Estado o privado.

RESUMEN CURRICULAR DEL AUTOR 
Enrique Contreras Ramírez: Nació en el Estado Táchira (Venezuela).
Realizó estudios en la Universidad de los Andes, donde obtuvo los títulos de Lic. En Educación, con especialidad en Evaluación Educativa y en Comunicación Social, con especialidad en Periodismo Económico.
Ha publicado los siguientes libros: "Educación para la Nueva República”, “Globalización y Plan Colombia", "Neoconstitucionalismo y Globalización",
"Del 4 de febrero al 27 de noviembre: Habla el General Visconti", "Utopía del Tercer Camino", Globalización, Relaciones de Poder y Doctrina Militar",
“La ideología disfrazada de utopía” (digitalizado).
A nivel docente ha sido profesor en Educación Media y Universitaria.
Colaboró con el suplemento cultural de "Ultimas Noticias".
Jefe de información de la revista científica “CLINICA HOY”, Director del Semanario “CORREO DEL DOCENTE”, Ha sido corresponsal de frontera de varios periódicos y emisoras colombianas, siendo actualmente colaborador de diarios, y revistas, como corresponsal independiente tanto en Venezuela como para América Latina y el Caribe.

sábado, 1 de abril de 2017

La Crisis que padecemos. Vladimir Aguilar Castro. ULA

La Crisis que padecemos.
Vladimir Aguilar 
Mérida-Venezuela
“En el curso de la crisis, cuando el momento de pánico ha pasado y la industria se estanca, el dinero está fijado entre las manos de banqueros, de los agentes de cambio, e igual que el ciervo brama su sed por agua fresca, el dinero grita su deseo de un terreno en el que pueda ser valorizado como capital”. Marx (Manuscritos 1857-1858. Tomó I)   
                                            
 La crisis Tal como lo advirtiera Daniel Bensaid (2009), la crisis aparece bajo la metáfora de la locura, pero de una locura que “domina la vida de los pueblos”.

Las contradicciones del sistema capitalista se manifiestan en ella plenamente.

La economía por entero se vuelve delirante, alienada, en tanto que esfera autónoma vuelta incontrolable. La crisis que padecemos es una crisis cultural porque es una crisis de país.

En efecto, se trata de polarizar todo las lógicas habidas y por haber de la realidad nacional. En cada vericueto de nuestras vidas se producen y reproducen las dinámicas inherentes a la crisis.

Pero también es una crisis cuya base material es el extractivismo. Un país que nada produce tampoco nada le cuesta. Para una economía especuladora una política especulativa Este es el drama de nuestro país en tiempos de extractivismo.

Frente a un modelo económico parasitario y especulador se requiere de una política igualmente especulativa. Son los tiempos actuales de la política en Venezuela.

A la guerra económica se le opone el abandono del cargo y ahora el golpe de estado. Así andamos. Entre enchufados e improvisados nos veamos. Es la época del enemigo externo y del intento fratricida de la concertación de élites.

De una generación y otra A esta generación le correspondía hacer de Venezuela un país grande o hacerlo sucumbir en la más horrible de todas las noches oscuras.

Hoy asistimos a la peor de las debacles en manos de un gobierno y de castas (nepman) que han tomado por asalto los destinos de Venezuela.

Chávez convirtió los tiempos electorales en tiempos políticos. Maduro pretende traducir los tiempos políticos en tiempos electorales. Toda la trama del momento político actual se sortea en quien será el artífice del destrabamiento del nudo gordiano en el que nos encontramos: el reacomodo de los actores e intereses en pugna en el seno del gobierno; la superación de las fuerzas que se encuentran confrontadas a lo interno de la oposición; o un gran movimiento que emerja desde el hastío consciente de la gente.

Cuando la revolución se convierte en fraude El mayor fracaso de esta mal llamada revolución y de este fraude de proyecto bolivariano es tener que haber vuelto al principio: Ramos Allup como Presidente de la Asamblea Nacional en el 2016. La estafa chavista crea las condiciones para volver al pasado de la perversidad adeca. Entre estafadores nos veamos.

Volvió el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en México de seguro volverán los adecos en Venezuela. Lo mismo dijeron de Pérez hace veinte años atrás y llego Chávez. Ahora regresó Acción Democrática (AD). La alternancia da para todo porque la democracia petrolera lo permite. Hasta que no superemos el extractivismo político en Venezuela, expresión del extractivismo económico no habrá cambio posible en el país.

Sera nuestra desgracia y drama hasta que no decidamos llegar al fondo de nuestra tragedia, que es esta borrachera petrolera por la cual se debaten las élites de turno. Como ya lo hemos dicho, este experimento democrático se debate entre revolución y constitución.

El gobierno usa todo el poder de sus instituciones para hacer valer algo que no ha podido tener en 17 años: una razón de Estado inexistente. Lo que parió la democracia petrolera ha sido una izquierda panfletaria a imagen y semejanza de su adversario político.

Como lo dijera Arturo Sosa, en Venezuela hay ausencia de proyecto de país. En conclusión, el atavismo político es la única certeza en estos años de bizarra revolución. Los delirios de la crisis La crisis nos confronta. Provoca delirios.

Hace que perdamos la sindéresis y el discernimiento. Nos hace enfrentarnos y automáticamente polarizarnos. Los reclamos van y vienen con lo más inmediato que tenemos.

¿Qué ocurriría si en esta hora aciaga el gobierno en un “golpe de suerte” liberara a los presos políticos y llamara a elecciones? ¿Se atemperarían los delirios? ¿Qué pasará con las validaciones de los partidos políticos? ¿Y los jugosos contratos del Arco Minero con países que pidieron la activación de la Carta Democrática? ¿Cómo quedarán? ¿Estarán sujetos a la sentencia 156 de la Sala Constitucional?

Nuestro propio Termidor Es tiempo de llamar las cosas por su nombre.

¿Cómo es que un Presidente que ha abandonado su cargo puede dar un golpe de Estado?

¿Quién o quienes son los golpistas? ¿El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), su sala constitucional, los magistrados o el gobierno nacional?

¿Se repite el Carmonazo de abril del 2002?

Recordemos que para ese entonces otro TSJ señalaría que no había habido golpe de Estado. El gobierno se deshace del bonapartismo, de esa mezcla de despotismo con autocracia.
Venezuela avanza hacia su propio Termidor.

Marzo 31, 2017